“ Soy una mujer de 76 años, nacida y educada en Holanda.  En el bachillerato nos enseñaron que el mundo se encaminaba hacia la superpoblación, que los recursos eran limitados y que teníamos que aprender a reciclar porque nuestra gestión de residuos de vertederos, estaba consumiendo tierras valiosas, provocando una grave contaminación del agua, la tierra y el aire.  No mucho después, las ciudades holandesas introdujeron el reciclaje.

Tenía 16 años cuando decidí no tener hijos y lo he mantenido.  En su lugar, elegí tener una carrera.  Me mudé a Nueva York donde trabajé como secretaria y estudié de noche, convirtiéndome en economista.  Viví en Nueva York durante 11 años y me horrorizó lo derrochadora que había allí la gente.  

​

Finalmente, me mudé a Australia, donde me alegré de ver que muchas personas están practicando el reciclaje.  Pero lo que me preocupa aquí es el tamaño de las familias.  Los gobiernos están impulsando el crecimiento económico que esperan lograr atrayendo a más personas.  ¿Cuándo aprenderán que el crecimiento no es la respuesta?  El reciclaje, una economía circular y una población constante o en descenso son las respuestas ".