'Nos enfrentamos a desafíos ambientales como la explosión demográfica, el cambio climático, las inundaciones, etc.  La mayoría de las veces, pensamos que educar a las personas ayudará a resolver los problemas, especialmente la educación de mujeres y niñas, y hasta cierto punto, esto es correcto.  Pero la educación que no enseña a las personas a aplicar la sabiduría solo conduce a exigir más de la naturaleza. Las personas necesitan una formación que reconozca el valor de la sabiduría, una sabiduría que vaya más allá de lo que aprendemos de las cuatro paredes de una escuela convencional.  

La sabiduría que aprendemos al prestar atención a todo lo que nos rodea, la naturaleza y las personas, y al aprender a tener un profundo respeto por la vida y la naturaleza, más allá de los humanos. La naturaleza nos enseña sabiduría todo el tiempo, si nos preocupamos por escuchar.  Aborrece el desperdicio, suministra a cada organismo lo que necesita, no apoya la codicia.  Si los humanos aprenden la sabiduría de reducir la velocidad para escuchar y aprender, la naturaleza les enseña satisfacción, interconexión e interdependencia.  La naturaleza tiene soluciones a nuestros desafíos, tenemos que volver a respetar la naturaleza para que los seres humanos y el medio ambiente puedan prosperar armoniosamente '.